viernes, 3 de abril de 2009

EL SILENCIO DE LOS ÁNGELES

Una elegía por la muerte de Estefania Mosca

por Mercedes Franco



¿Callas, princesa? Me niegas la música de las rosas, el intenso aroma del arpa, el sereno color de tu voz pequeña y sutil. Te pedí encontrarnos y me enviaste un silencio inalcanzable. Ahora duermes lejana y ajena, pequeña bailarina, cuerpo de etrusca o romana, ciego el mundo que dejas, con su música de nadie, coro de las calles oscuras que huyen hacia el olvido. Huye aromada de peces interminables la huella de tu pie, subes sendas de brisas vagas, de helechos suaves y soles minerales, bailas con las aves y los astros, bella en el huerto de tu casa infantil. No te he perdido, princesa mía, solitaria, duermes en un breve instante, en un ardor de girasoles encendidos. Cabellera de miel, pluma de oro, aguardas sentada en una gran roca blanca a un lado del camino. Junto a ti yace el silencio de los ángeles.