martes, 30 de diciembre de 2008

MARIELA CASAL


Mariela Casal /Fotografía de José Jesús Villa Pelayo


por José Jesús Villa Pelayo


Mariela Casal ha escrito una obra muy compleja. Cantautora, músico, artista visual, poeta, fotógrafa, calígrafa, Mariela es todo poesía y arte. Sus versos son música, caligrama, ideograma, instalación, rito, drama, representación, tragedia.
No se trata tan sólo de poesía concreta o visual, como podría pensarse, no, hay algo más, un acercamiento múltiple, polimorfo, religioso (en el sentido eleusino) al acto creador y al poema.


Nace en la ciudad de Acarigua, un 14 de enero de 1967. Es Licenciada en Estudios Internacionales por la Universidad Central de Venezuela, Doctora en Política por la Universidad Complutense de Madrid y Magíster en Literatura Latinoamericana por la Universidad Simón Bolívar. Ha publicado los poemarios La fosa, hábito angularis (1999), Almácigo (2004), De-lirio (2004), Curare, curaré, cantaré (2006), Hotel (2008), Juicio florido (2008). Entre sus video-poesías destacan: “De-lirio” (2004), “Como en la Tele” (2004), “Azulado” (2005), “Perfomance” (2006), “Poesía 5 semillas” (2007) o “El corazón de Adriano” (2008).


Uno puede imaginar al trovador provenzal Arnaut Daniel (il miglior fabro de Dante) escribiendo el acompañamiento musical para el poema “Doutz brais e critz” (“Dulces gorjeos y gritos”), pero no podemos pensar en un Arnaut Daniel, sentado, frente a un escritorio, o en algún bosque de Narbonne o Ribeirac, practicando el sereno arte del ideograma o del caligrama.


En cambio, Mariela Casal es capaz tanto del acompañamiento musical como del acompañamiento visual. Sus videos conjugan todos estos elementos de manera simultánea: versos/caligramas, versos/pentagramas, versos/ideogramas, música (la que ella compone para sus poemas), como la famosa canción “Escríbeme” o “De-lirio”, drama/tragedia, ritos eleusinos (sus perfomances, como en el video “De-lirio”, son, básicamente, ritos, formas urbanas o rurales de gnosticismo vital).


Pero no se trata de las frías formas de la poesía visual, de vacíos caligramas postmodernos, ni de caligrafía vana, tampoco de un intento de deconstrucción y aniquilación derridiana del logos. Hay sí un intento de acercamiento a los problemas fundamentales a través del la representación, porque su poesía es fundamentalmente puesta en escena. La forma sirve al mensaje. En los poemas de Mariela Casal, se cumple, de manera espléndida, aquella desoladora frase de McLuhan “el medio es el mensaje”.


No es lo que vemos en los poetas Décio Pignatari, Michael Leiris, Carollee Schneemann o Ivo Vroom. Hay más que vaciado de formas en la poesía de Mariela Casal. Por ello, sus poemas son más afines con el ideograma de Ezra Pound en The Cantos (Los Cantos) y con Un coup de dés (Una lanzada de dados) de Mallarmé y a la iconografía oriental que con los caligramas de Alcoholes de Apollinaire. Este acercamiento al Oriente la hace despojarse de las formas vacuas de la poesía concreta postmoderna de Occidente.


Goethe demostró, con el Diván Occidental, que la representación es lugar de encuentro entre Oriente y Occidente, como en esta mixtura de las bellas artes de Mariela, en la que convergen sus rituales poético-sagrados.


En sus versos/pentagramas hay una simulación, pero muy original, del pentagrama musical. En ellos, el papel en blanco sobre el cual escribe el trovador (Mariela) ha sido sustituido (la sustitución es acto básicamente postmoderno) por el pentagrama. Pero no por el frío pentagrama ya elaborado e impreso. No. Se trata de un pentagrama que Mariela Casal elabora a pulso y en el que las notas musicales son sustituidas por los versos, escritos a mano, con lo cual sustituye los artificios de la máquina de escribir o la computadora y construye un tinglado de artilugios que son y se parecen más a los artificios de un mago.


Su poesía es síntesis de sus grandes o pequeñas tragedias. De allí el rito que la acerca a Eleusis, a la religión de los misterios, a la poesía de los misterios, al Telesterión, a las sacerdotisas de Démeter.


En el poemario De-lirio se lee:

nudos delirios en la tarde de los condenados
cambian la seña, se besan a oscuras
y saben que viene la lluvia
y la luna
los confiscados pájaros de lejos
y sus luces de sueño largo en los ojos
que escriben
el terror
y la ternura
curare
curaré
primitivos cantos
donde el lirio vela
barco mi madre
curaré
estas venas