por José Jesús Villa Pelayo
La Red de Escritores de Venezuela, Capítulo Caracas, se renueva. Ahora enfrenta la enorme tarea de su reconstrucción con la constitución de siete comisiones que intentarán reorganizarla.
La Red de Escritores de Venezuela está patrocinada por el Ministerio de la Cultura y debe ser vista como un sistema que agrupe a los escritores venezolanos en torno a sus necesidades y actividades fundamentales.
Cuenta ya con una oficina en el piso 20 del Ministerio de la Cultura, se celebran reuniones periódicas los días sábados en la tarde y, fundamentalmente, se está trazando la hoja de ruta, la nueva hoja de ruta de la Red de Escritores cuyos objetivos todavía parecen poco claros. Formo parte de una de estas Comisiones, la de Publicaciones.
La tarea no luce sencilla. Hay que comenzar a efectuar definiciones y a ejecutar las líneas y políticas generales de la nueva Hoja de Ruta. Es preciso, en primer término, contar con un conjunto de principios que describan mejor la naturaleza y objetivos de la Red de Escritores. También es imprescindible que las Comisiones comiencen a producir las directivas que regirán la actuación de la Red.
Como Vice Director de la Comisión de Publicaciones, en su Capítulo Caracas, he propuesto que la difusión de la Red sea mayor: una página Web, cuñas en televisoras y emisoras radiales del Estado y privadas, en vísperas de la gran Asamblea que se realizará en Barinas y en la cual se elgirán a los Delegados Nacionales.
En el año 2003 formé parte de las Comisiones que propuso el ministro Farruco Sesto para la formulación de las Políticas Culturales del extinto CONAC, Consejo Nacional de la Cultura; yo formaba parte, según recuerdo, de la Comisión de Industrias Culturales. En el seno de dicha Comisión elaboramos un Manifiesto con un grupo de Principios Generales que debían gobernar las políticas culturas del CONAC para Venezuela. Radactamos también un Proyecto con definiciones, argumentos, propuestas, políticas, lineamiento, directivas y un extenso marco conceptual. Todo esto se realizó en el marco de las Movilizaciones de los Movimientos Culturales y Sociales que se expandieron por todo el país luego del golpe de Estado del año 2002. Estos movimientos, sin embargo, fueron, a mi juicio, erradamente desmovilizados a finales del año 2003 y comienzos del 2004.
Las más importantes organizaciones culturales de Caracas estuvieron representadas allí. Como miembro del grupo Voces por la Paz, que era auspiciado por la Vicepresidencia de la República, fui llamado a formar parte de estas Comisiones de altísimo nivel que sesionaron bajo la forma de Asambleas en el CONAC.
Se hizo un trabajo sensible e importantísimo y cuya consecuencia directa fue que el CONAC y el Ministro Farruco Sesto contaron, desde entonces, con los instrumentos de política cultural que comenzaron a regir los destinos de ese organismo y del país.
En el seno de la Red de Escritores esperamos, de alguna manera, retomar ese trabajo