viernes, 7 de diciembre de 2007

Diario de Alejandria

por José Jesús Villa Pelayo

Mayo 18, 2006

Básicamente soy un sonámbulo. Cuando mis preocupaciones aumentan puede encontrárseme, en medio de la noche, parado frente a una ventana, sentado junto a la computadora o caminando en círculos, en medio de la sala, dormido y despierto o viceversa. En el día, mientras conduzco, puedo pensar, abstraído, bajo una especie de trance hipnótico, en esos tristísimos versos de César Vallejo: “Esta tarde llueve, como nunca; y no/tengo ganas de vivir, corazón.”. Y al mismo tiempo seguir una ruta sin problemas. Sucede igual cuando camino. Puedo andar cuadras, totalmente abstraído, sin extraviarme, y llegar con felicidad al lugar al cual me dirijo. Esta noche en la que me siento extraviado pienso en mi vida secreta de sonámbulo, de poeta sonámbulo. Tal vez así resuelva algunos problemas. Despierto quizás sería imposible. No sé si es natural que un poeta sea sonámbulo, me estoy ajustando, todos los días, a mi condición. Pierdo, todos los días pierdo. Un ave se marcha de mis manos. Soy un trébol hueco, un sesgo de desesperanza. Aún no nazco. Estoy por hacerlo. Probablemente en otro lugar menos íngrimo, en alguna meseta con sol o con agua o tal vez con árboles, los árboles son buenos. Me espera un apamate o un roble de Kansas. Apenas importa. Quizá sea un río de cemento o una alucinación, no lo sé. La alucinación siempre está cerca, como un depredador, sobre una colina, más al sur. Mi norte no existe, también es una quimera o un esqueleto de aves enamoradas, huyeron hacia otro cielo. Hay otro cielo en algún lugar de la carretera. Está varado, como yo, aquí, en una ruta de mercaderes vagabundos. Algún resplandor, algún quasar. “Mis violentas flores negras”. Profundamente afligido escucho: Leave no man behind [Sin dejar ningún hombre atrás], Hunger [Hambre] y Gortoz a ran-J’attends, los temas principales de la película Black Hawk Down [La caída del halcón negro] en la que Ridley Scott, su director, narra la Batalla de Mogadishu [The Battle of Mogadishu] cuyo telón de fondo es la espantosa y lúgubre guerra civil somalí, en la que perdieron la vida más de 300.000 seres humanos. Durante la incursión (la llamada “Operación Serpiente Gótica” [“Operation Gothic Serpent”] ejecutada por dos regimientos elite, Delta, Rangers (fuerzas de operaciones especiales del ejército estadounidense), el día 3 de octubre del año 1993, son derribados dos helicópteros Black Hawk. Mueren 18 soldados y otros 73 resultan heridos. Es el comienzo de la disolución, en la mente del público mundial, de esa idea artificial sobre la “invulnerabilidad” y “divinidad” del ejército norteamericano. Noción que se completa, acaso fragmentariamente, con la caída de un avión fantasma F-117 Nighthawk, en Kosovo. Sigo pensando en Vallejo: “Esta tarde llueve, llueve mucho. ¡Y no/tengo ganas de vivir, corazón!”. Siempre seré un sonámbulo, lo sé. McLuhan tenía razón, con su frase desoladoramente postmoderna: “El medio es el mensaje” [“The Medium is the Message”].